88 años acaba de cumplir John Mayall y tomó dos decisiones para celebrar su cumpleaños: colgar sus zapatos de viaje, no mas giras, y la segunda es la de seguir componiendo y produciendo música.
El brujo del blues británico ha sacado este 2022 lo que sería su álbum número 60 y tenemos aquí una producción vibrante, divertida, variada que nos muestra a un artista aun creativo, y en completo control de lo que hace.
Aquí podemos escucharlo cantar, toca el piano, el Wurlitzer, el Hammond y la harmónica y se hace acompañar por un grupo variado de músicos de diversos calibres porque ¿quién no quiere grabar con la leyenda? Algo que le ha funcionado a Santana muy bien.
No puedo decir que en algún momento tuve un álbum de John Mayall, me prestaron algunos, recuerdo, porque no eran sencillos de conseguir, sin embargo su leyenda es grande solo basta recordar que entre sus filas desfilaron nombres como: Eric Clapton, Mick Taylor, Peter Green, Mick Fleetwood, Aynsley Dunbar, Jack Bruce y muchos mas por lo que la fila para tocar con él crece cada día mas.
Aquí nos encontramos con diferentes invitados de diversas edades a los que Mayall con su banda de casa les da soporte en este grupo de canciones originales y algunas composiciones de otros músicos. Todo el álbum está perfectamente producido, nada genial, pero eso sí, muy parejo en su sonido sacando el mejor partido de una voz que se apaga rápidamente.
De destacar las dos canciones grabadas en compañía del violín mefistofélico de Scarlet Rivera que se muestra sofisticada y misteriosa (es mujer al fin) y la guitarra de Melvin Taylor es cruel, cruel, con el corazón que la escucha y la del muchacho Marcus King no se queda atrás. Mención especial merece Jake Shimabukuro que le saca notas al ukulele que no sabía que tenía. Increíble.
Un álbum interesante si te gusta el blues, si te gustan las leyendas o si te gusta la buena música para soportar este cálido frío invernal de la ciudad.
3.5/5 estrellas.