Es difícil formarse una opinión de la primera novela escrita por Kiley Reid de Estados Unidos y que resonó, moderadamente, a ambos lados del Oceano Atlántico.
Una novela escrita en un taller literario y lo notas muy rápido ya que se sienten las costuras entre capítulos y que apela primordialmente a la población negra por lo que en México es complicado ya que no hay mucho de eso por acá.
Si, el movimiento de «Las Vidas Negras Importan» es conocido, pero no lo llevamos en la sangre porque no lo vivimos a diario así que no comprendemos cada uno de los guiños al lector que la escritora nos hace.
Such a Fun Age es una novela con pocos personajes: Emira, una joven de color de 25 Años que decide hacerse niñera antes de decidir que hacer con su vida o estudiar una carrera universitaria. Alix es una mujer de algo así como 32 Años que se hizo a sí misma y ahora ha ganado algo de dinero y notoriedad dando conferencias, publicando en redes y ahora con un contrato para su primer libro que contrata Emira para cuidar de sus dos hijas. Kelley quien conoce a Emira y se enreda con ella en un romance que hará conflicto con su jefa.
El conflicto y nudo central es intenso pero solo quienes han vivido en situaciones así podrán obtener una intensidad sobre el mismo.
La autora quiere hacernos creer que Emira (que se parece en demasía a la autora físicamente) es quien debe llevarse nuestra simpatía ya que es el personaje central, pero encuentro ese personaje algo lento de entendimiento y al final muy desagradable para quienes la ayudan, solo se salva porque sabemos, a posteriori, que Alix limpió los casilleros de su preparatoria y encontró los sobres intactos de las cartas que escribía.
¿Actuó bien Alix al proteger una chica de la que se estaba enamorando, a una niñera que era adorada por su hija? Yo tengo mis dudas respecto a ese final en TV en vivo.
Lo siento, pero Yo habría actuado igual que lo hizo Alix, ¿será porque no soy negro? Tal vez.
3/5 estrellas
Emira había conocido a varias «Sra. Chamberlains» antes. Todas eran ricas y demasiado agradables y particularmente encantadoras para la gente que les servía. Emira sabía que la señora Chamberlain quería una amistad, pero también sabía que la señora Chamberlain nunca mostraría los mismos esfuerzos de bondad con sus amigos que lo hizo con Emira: «accidentalmente» pedir dos ensaladas y ofrecerle una a Emira, o enviarla a casa con una bolsa llena de cenas congeladas y sopas.