Difícil la tarea de encontrar un libro perfecto, pero creo que lo he encontrado en este. Robert Macfarlane es un autor con muchos libros escritos (casi diez), pero nunca había escuchado hablar de El, sin embargo el periódico «New York Times» habló tan bien de este libro en su sección literaria que no tuve otra opción que considerarlo para mis lecturas del 2019.
El autor tiene doctorado en Letras por universidades inglesas y su trabajo consiste en crítica literaria en diversos medios, pero combina eso con su pasión por la exploración de la naturaleza en grado extremo, no solo es el que va a conocer una montaña nueva sino que lo hace en Invierno, nevando y con una botella de agua y un cuchillo y baja de la misma 15 días después sonriendo y con «malestar estomacal» de la última culebra que se comió.
En el libro Underland; a deep time journey encontramos una intersección de ambas pasiones ya que se trata de exploraciones que ha realizado a lo largo de los Años en diversos parajes subterráneos al mismo tiempo que nos da citas lo mismo de Ralph Waldo Emerson y Edgar Allan Poe que de The Clash.
Cada capítulo es la exploración de un lugar diferente, desde cuevas poco conocidas en el Groenlandia y Noruega que nos muestran pinturas rupestres y que son prácticamente inaccesibles para el turismo. Una de ellas tienes que viajar dos días en bote por mar abierto y después subir una montaña y tres días después llegas a una cueva que da al mar y corres peligro de morir todo el camino. Hasta el laberinto de cuevas mas grande del mundo y que fueron excavadas por mineros de Carbón en la región de Gales en Inglaterra y algunas de ellas están bajo el Canal de la Mancha. Un laberinto tan grande que encuentras algunas veces esqueletos de personas que perdieron la dirección y quedaron ahí para la eternidad.
Sin embargo nada supera la belleza de la semana entera que pasó explorando, con una guía especializada las catacumbas de París que son tan grandes que no existe un mapa oficial definitivo de las mismas y que alberga una población de personas que pasan la mayor parte de sus vidas en la oscuridad: hippies, poetas, soñadores que hacen sus fiestas abajo a la luz de las velas y a la que asisten centenas de personas que pueden guiarse en ese laberinto. ¡Una semana bajo las calles de Paris!
Aquí lo que te atrapa es la belleza del lenguaje que utiliza, la descripción literaria de objetos y parajes que a simple vista no tienen nada de sobresalientes y que nos son revelados por alguien que sabe apreciar la belleza de lo ordinario: una raíz, un hongo, un túnel del que no se sabe si saldrás algún día.
5/5 estrellas para este que sería el regalo perfecto para cualquier persona que se la pasa en redes sociales y no aprecia el mundo que nos rodea.
Entre las reliquias del Antropoceno, por lo tanto, estarán las consecuencias de nuestra era atómica, los cimientos triturados de nuestras ciudades, las espinas de millones de ungulados cultivados intensivamente, y los contornos débiles de algunos de los miles de millones de botellas de plástico que producimos cada año – los estratos que los contienen exactamente datables con referencia a los archivos de diseño de productos de las multinacionales. Philip Larkin propuso famosamente que lo que sobrevivirá de nosotros es el amor. Incorrecto. Lo que sobrevivirá de nosotros es plástico, huesos porcinos y plomo-207, el isótopo estable al final de la cadena de descomposición de uranio-235.