Recientemente tuve ocasión de participar en los foros para la implantación de algunos servicios digitales en la ciudad donde vivo: Culiacán y lo que me toco ver en los mismos fue muy enriquecedor, porque no todas las personas tienen la misma visión de lo que significa hacer digital una ciudad. Hay muchos factores que considerar al respecto, siendo muy notorio el porcentaje de ciudadanos que rutinariamente utilizan una computadora para realizar cualquier consulta o servicio. Es muy ilustrativo el artículo publicado por la revista inglesa The Economist en referencia a la experiencia en Europa al respecto. Los costos de atención disminuyen, ya que atender a un usuario cara a cara tiene un costo de £14.65 ($220.00) y hacerlo por teléfono £1.39 ($21.00) contra sólo £0.25 ($3.75) cuando se realiza por Internet, lo cual debería ser un aliciente a hacer lo posible por volcarse lo mas rápido posible en un e-gobierno, pero también nos habla el artículo de las experiencias negativas en diferentes países en las que se han invertido billones de Libras esterlinas para que las personas simplemente no utilicen los servicios digitales como ha sido el caso de Gran Bretaña y Bélgica mientras otras naciones como Suecia y Noruega con ciudadanos fuertemente digitales y ateridos de frío como para ir a hacer los trámites en persona han tenido éxito al implantar los servicios digitales en el gobierno. Una historia precautoria contra municipios incautos que caen en las garras de «mercanchifles» de servicios que al final nadie utilizará (escuché acaso pizarrones digitales?).