John Mellencamp pasó del rock y pop al género conocido como Americana cuando decidió incluír el violín en sus composiciones perdiendo en el camino el «Cougar» que un manager le había agregado al nombre para hacerlo mas comercial.
Hace cuatro años desde su último álbum y pre-pandemia anduvo de gira con Bruce Springsteen como co-headliner y se detuvo abruptamente por razones que ya sabemos todos.
¿Qué hacer con todo este tiempo disponible? ¿Qué tal grabar un nuevo álbum? Y eso es lo que hizo y nos presenta Strictly a One-Eyed Jack con 12 de sus nuevas composiciones en lo que constituye su álbum número 24.
Aunque fui su fanático de 1982 a 1987 (sus mejores cuatro álbumes si me preguntan) nunca ha hecho mala música. Simple y sencillamente su vida personal es interesante y se refleja en sus letras. Desde haberse ido a vivir a una granja, su divorcio de su primera esposa, su enlace con la actriz Meg Ryan (que se rompió) hasta sus otros matrimonios, su ataque cardiaco y su carrera de pintor (decente, nada del otro mundo) y director de cine lo han mantenido ocupado.
Sin embargo como compositor se siente cansado en esta nueva producción, sus composiciones son en ocasiones tediosas aunque no deja de sorprendernos con algunas joyas como «Sweet Honey Brown» donde canta con una guitarra rasgueada y un ritmo que nos recuerda sus primeros álbumes:
Sweet Honey Brown
Show me your smile
Haven’t tasted your kiss
For a long long while
I’m thinking about quitting on you
Sweet Honey Brown
Tal parece que le canta a la heroína que no sabíamos que había dejado,
Algunos duetos con Bruce Springsteen valen la pena, en especial «Wasted Days» pero no todos y la voz de Mellencamp ya está «raspada» y cada vez se parece mas a Tom Waits.
La producción de este álbum deja mucho que desear, se siente grabación en estudio casero, tal vez en la misma granja donde vive, y los músicos de acompañamiento no destacan.
3/5 estrellas para quien ocupara gran parte de mis horas en los años ochenta.