Conozco al grupo desde que salió su primer álbum, que es una obra maestra de lo que fue el «grunge» en los años 90. Ten es un LP que no paró en mi tornamesa por varios meses, sin embargo perdí el interés en el grupo después que sus siguientes álbumes Vs. y Vitalogy llegaron a un nivel de buenos a secas.
Pearl Jam ha estado ahí entre los grupos legendarios que todos respetan cuando Nirvana y Alice in Chains se han ido por la pendiente. Su último álbum de estudio fue en el 2013 y fue regular excepto para los fans que vieron en Lighting Bolt el regreso a la forma, sin embargo el verdadero regreso del grupo es este con Gigaton en el 2020 en el que el grupo suena impresionante (por lo menos en las primeras canciones).
La voz de Eddie Veeder sigue perfecta y ahora que Chris Cornell ha muerto es la figura mas grande aun viva desde la época dorada del «grunge» estadounidense. De lo que si nos damos cuenta es que sigue enojado y ahora va contra Trump y contra el cambio climático (que no se va a detener a base de canciones, eso es seguro).
El nombre del álbum y la fotografía de portada es de un iceberg tamaño espectacular que se desprende de la Antartida merced al cambio climático.
Abre con la excelente «Who Ever Said» y su estribillo de «Satisfaction» de la canción que ya sabes, seguido de su primer sencillo «Superblood Wolfmoon» con sus guitarras que suenan al mejor rock setentero y después una canción que parece cantada por Saul Hernández de Caifanes con todo y teclados new wave «Dance of the Clairvoyants» cuando llegamos a «Seven O’Clock» tenemos algo que parece venir en un disco de Bruce Springsteen seguida por la canción de ritmo palpitante y guitarras angustiantes «Never Destination». El álbum continua con una canción dedicada a un amigo que ya partió (¿Cornell?) «Comes then Goes».
Un buen álbum para quien gusta de este grupo y para los que buscan rock puro sin malas intenciones, cristalino y directo a las terminales nerviosas de tu cerebro también es altamente recomendable.
4/5 estrellas.
Pearl Jam ha estado ahí entre los grupos legendarios que todos respetan cuando Nirvana y Alice in Chains se han ido por la pendiente. Su último álbum de estudio fue en el 2013 y fue regular excepto para los fans que vieron en Lighting Bolt el regreso a la forma, sin embargo el verdadero regreso del grupo es este con Gigaton en el 2020 en el que el grupo suena impresionante (por lo menos en las primeras canciones).
La voz de Eddie Veeder sigue perfecta y ahora que Chris Cornell ha muerto es la figura mas grande aun viva desde la época dorada del «grunge» estadounidense. De lo que si nos damos cuenta es que sigue enojado y ahora va contra Trump y contra el cambio climático (que no se va a detener a base de canciones, eso es seguro).
El nombre del álbum y la fotografía de portada es de un iceberg tamaño espectacular que se desprende de la Antartida merced al cambio climático.
Abre con la excelente «Who Ever Said» y su estribillo de «Satisfaction» de la canción que ya sabes, seguido de su primer sencillo «Superblood Wolfmoon» con sus guitarras que suenan al mejor rock setentero y después una canción que parece cantada por Saul Hernández de Caifanes con todo y teclados new wave «Dance of the Clairvoyants» cuando llegamos a «Seven O’Clock» tenemos algo que parece venir en un disco de Bruce Springsteen seguida por la canción de ritmo palpitante y guitarras angustiantes «Never Destination». El álbum continua con una canción dedicada a un amigo que ya partió (¿Cornell?) «Comes then Goes».
Un buen álbum para quien gusta de este grupo y para los que buscan rock puro sin malas intenciones, cristalino y directo a las terminales nerviosas de tu cerebro también es altamente recomendable.
4/5 estrellas.