Tenía ganas de algo rápido y me encontré este libro en mi lista por leer y en efecto fué rapido como el mal sexo y me dejó el mismo sabor amargo en la boca.
Maggie es una asesina a sueldo de una agencia del gobierno inglés que mata personas (supuestamente malas) en todo el planeta, así que viaja mucho: de Belgrado a Hong Kong, de Lima a París matando de manera efectiva hasta que su último trabajo la pone en la mira de la misma agencia que la contrató.
Bastante genérico este thriller que se lee muy rápido y que nos recuerda, por supuesto, a Nikita y a Misión Imposible. Además el escritor no tiene una voz de mujer sincera. Escribe como si fuera hombre describiendo una mujer y sus problemas, esperen, el escritor es hombre, eso lo explica todo.
3/5 estrellas porque por lo menos no me dormí leyéndolo.