Billy Corgan al parecer no se retirará jamás como lo ha anunciado varias veces. Se peleó con todos los de su grupo y la verdad es que no es fácil lidiar con El y su complejo de nuevo mesías de la música, pero de que tiene sus momentos geniales, los tiene, como en este álbum que no se despega un centímetro de lo mejor que escribió en los noventas.
Manejando la consola mi queridísimo viejo conocido Rick Rubin con su barba, su sonido de rock claro y pulido de todas las producciones que le conozco desde Run DMC hasta las Dixie Chicks.
Billy juntó a casi toda la banda ya que D’arcy Wretzky la bajista original no quiere saber nada de Corgan.
Un excelente álbum con canciones que como dije aun suenan completamente a lo mejor que escribió en los 90’s e ideal para cantar a todo pulmón delante de tus hijos, y nietos, durante la temporada navideña. Todas las canciones destacan (excepto la aburridísima Alienation) pero Travels y Seek and You Shall Destroy no tienen desperdicio.
4.5/5 estrellas para este álbum de nombre tan cortito como el de Gish.