Sentado frente a la computadora pensando que escribir escuché la voz interna que me decía: «no escuches al loro del vecino» la cámara digital no estuvo de acuerdo por supuesto, ya que su corazón es mas amplio y conoce cada uno de los secretos que se esconden en él. Mi intención era esconderme lo mas que pudiera de esa inquietud y pensar en lo que leí en alguna ocasión en un libro de Connie Willis «caer dentro del pozo de la suerte». De tal manera que quedo absorto observando lo que la cámara me sugiere y descubro con inquietud que no hay nada escrito, que nadie me sigue y que por fin soy libre como alguna vez tuvo la inquietud el Presidente David Palmer de serlo (no confundir con su seguidor Obama). Poco a poco la noche fue cayendo y me encontré tentado a abandonarlo todo y escuchar la voz del loro del vecino por mas que éste ya se encontraba dormido. El silencio me siguió por toda la casa mientras caminaba con una taza de té verde humeando aun y esperando encontrar alguna página de algún libro que me salvara de la confusión. ¿Oiría o no la voz del loro? ¿Tendrá razón la cámara? ¿He vivido engañado por mi voz interior? Tengo mucho tiempo para reflexionar y tal vez algún día tenga la respuesta y encontraré la manera de comentárselos. Si crees que fue extraño debo decirte que el día de hoy es un aniversario del cumpleaños de Lewis Carroll y por lo mismo he decidido celebrar contigo el «Rabbit Hole Day» en el que los bloggers sorprenden al lector escribiendo de cosas que normalmente no se hablan aquí. No los iba a aburrir hablandoles de mi familia, mejor un sueño como el de arriba. ¡Feliz Día de Caer por el Hoyo del Conejo!