La ecuación es muy sencilla y fue resuelta por la pedalista estadounidense Kristin Armstrong, ya que cuenta que cuando estuvo en China el año pasado para hacer las pruebas de calificación de tiempo se llevó la unidad de GPS de su esposo durante el recorrido, mismo que grabó datos de altitud, distancia y demás. Cuando llegó a su casa en Boise, Idaho exportó los datos de la unidad en diferentes formatos, uno de ellos reconocible por Google Earth y ya con ello pudo planear un recorrido en circunstancias similares en los alrededores de su ciudad. De tal manera que cuando llegó a las Olimpiadas iba entrenada precisamente en ese recorrido con los resultados que todos ya conocemos. A veces es una bendición la tecnología.