Tenía que suceder, ahora resulta que un monje budista en Tailandia utilizó el Internet para así atraer una mujer hasta su templo en el noreste del país y abusar de ella. Esa fue la gota que derramó el vaso y el Gobierno está pidiendo ahora a los monjes budistas que se dediquen a las plegarias y dejen el Internet y sus peligros a los que sabemos. Adicional a eso nos enteramos que unos 30,000 monjes en el país son adictos a diferentes drogas y muchos de ellos están cumpliendo condenas por abuso, narcotráfico o violación. ¿Si no puedes confiar en los monjes budistas, los viejos bonzos, entonces en quién?
En Tailandia muchos jóvenes pasan un tiempo como monjes en un monasterio, de hecho la costumbre es que cada persona pase por esa experiencia al menos por un tiempo. Es decir, hay monjes que sí han tenido toda la formación de toda una vida, y otros que simplemente son jóvenes que están en eso por un tiempo, como si fuera el servicio militar. Y también son monjes.
Sería bueno poner fuentes, para saber dónde «nos enteramos» de esas cifras, y si los mencionados monjes son simplemente ciudadanos tailandeses que, como casi todos, pasaron por un monasterio. Además de eso, hay que ver cómo la guerra en los países vecinos y la intervención de las potencias imponiendo regímenes corruptos en toda la región, ha deteriorado los países del sudeste asiático, a pesar de la formidable reserva moral que ha resultado la tradición budista. No quiero ni pensar cómo serían esos países si fueran cristianos.