Teniendo tres niñas en casa me ha tocado realizar varios viajes con ellas a diferentes tiendas de Build-a-Bear Workshop en algunas ciudades de Estados Unidos. Sitios bonitos, bien cuidados, con muchos colores y miles de vestidos y accesorios que prueban la resistencia de la cartera del padre que lleva a sus hijos por ahí. Sin embargo Denise Howell de Lawgarithms nos comenta en su siempre interesante blog los peligros que se esconden tras los osos. Resulta que cada vez que compran un muñeco le piden al niño que introduzca los datos personales como dirección, nombre, correo electrónico y muchas cosas mas que uno como padre ayuda a que el niño teclee bien. ¿Para que quiere tantos datos un fabricante de juguetes? ¿Que nos traerá nuestro buzón gracias a esos datos? Realmente hay que estar pendiente por todos lados porque las faltas contra nuestra privacidad saltan por dondequiera.
Pues yo soy niña y me gustan mucho esos ositos pero al momento de recibir el acta de nacimiento yo le puse a letra mi direccion cuando habiamos llegado a casa y asi no hay peligro