Debo decir que de todos los escritores canadienses que sigo Margaret Atwood es mi favorito y por mucho. Me gusta Michael Ondatjee y sus historias luminosas aunque te cuente lo mas deprimente del mundo, me gusta Alice Munro (y al jurado del Premio Nobel) por sus cuentos sobre lo que es ser humano y lo que es no serlo, pero en Atwood descubro una sabiduría que me sobrepasa, siempre me la imagino escribiendo cosas sublimes sobre temas triviales, como un piloto de Fórmula 1 en un Nissan March para al final descubrir que el March era un cohete disfrazado.
Perdón por la disgresión pero tuve que enfrentarme a un libro que hace varios Años tenía pero solo hasta hoy leí porque sacó la segunda parte del mismo y me urgía leerla (a estas alturas ya llevo el 10% leído de la segunda parte), así que me enfrenté a The Handmaid’s Tale después de haber visto dos temporadas de la excelente serie de TV de Hulu y para mi sorpresa el libro es aun mejor y…diferente.
Estamos en la República de Gilead con algunos territorios de lo que fuera Estados Unidos donde grupos de fanáticos han matado al presidente y balaceado a los senadores para instaurar una Sharia cristiana en medio de una crisis mundial en la que la mayor parte de las mujeres son infértiles. Nuestra protagonista, de la que no sabemos nunca el nombre, ha sido secuestrada para servir de madre sustituta de los hijos de un alto miembro del ejército.
Esa es la premisa del libro: como ha ganado el fanatismo religioso y las mujeres deben obedecer y la lectura ha sido abolida. Su vestimenta debe de ser casta y nunca hablar sin que te pregunten. Tu función es una sola: tener hijos.
La fuerza del relato es increíblemente opresiva, en función de todo lo que no se dice, lo que se queda al margen y el final es algo a considerar ya que no es explícito.
En donde se equivoca Atwood es en el addendum, el postrelato donde se nos dice la circunstancia en la que fue encontrada esta narración y que rompe el encanto y fortaleza del relato. Pero, bueno, esa es mi opinión, podría haber estado mejor sin eso.
Si eres mujer este es uno de los libros que obligatoriamente debes leer, no porque vaya a suceder, pero para asegurarte que nunca, en ningún lugar del mundo, suceda.
4/5 estrellas
Perdón por la disgresión pero tuve que enfrentarme a un libro que hace varios Años tenía pero solo hasta hoy leí porque sacó la segunda parte del mismo y me urgía leerla (a estas alturas ya llevo el 10% leído de la segunda parte), así que me enfrenté a The Handmaid’s Tale después de haber visto dos temporadas de la excelente serie de TV de Hulu y para mi sorpresa el libro es aun mejor y…diferente.
Estamos en la República de Gilead con algunos territorios de lo que fuera Estados Unidos donde grupos de fanáticos han matado al presidente y balaceado a los senadores para instaurar una Sharia cristiana en medio de una crisis mundial en la que la mayor parte de las mujeres son infértiles. Nuestra protagonista, de la que no sabemos nunca el nombre, ha sido secuestrada para servir de madre sustituta de los hijos de un alto miembro del ejército.
Esa es la premisa del libro: como ha ganado el fanatismo religioso y las mujeres deben obedecer y la lectura ha sido abolida. Su vestimenta debe de ser casta y nunca hablar sin que te pregunten. Tu función es una sola: tener hijos.
La fuerza del relato es increíblemente opresiva, en función de todo lo que no se dice, lo que se queda al margen y el final es algo a considerar ya que no es explícito.
En donde se equivoca Atwood es en el addendum, el postrelato donde se nos dice la circunstancia en la que fue encontrada esta narración y que rompe el encanto y fortaleza del relato. Pero, bueno, esa es mi opinión, podría haber estado mejor sin eso.
Si eres mujer este es uno de los libros que obligatoriamente debes leer, no porque vaya a suceder, pero para asegurarte que nunca, en ningún lugar del mundo, suceda.
4/5 estrellas
Si es una historia la que estoy contando, entonces tengo control sobre el final…pero si es una historia, aun en mi cabeza, debo estársela contando a alguien.
Tu no cuentas una historia para ti mismo, debes estársela contando a alguien mas, aun cuando no haya nadie mas.