Las relaciones diplomáticas de dos países se han visto afectadas debido a un servicio de traducción en línea deficiente (¿hay de otros?). El asunto viene consignado en el mas reciente número del periódico inglés The Register en el que se narra como un grupo de reporteros israelíes enviaron unas preguntas previas a la visita de un diplomático holandés y como no sabían inglés correctamente se les hizo fácil ponerlas a través de un traductor no identificado aun pero que podría ser Babylon y el resultado fue que interrogaron al diplomático acerca de como pensaba dormir con su madre y si todo estaba arreglado. La confusión parece que fue porque el traductor fue incapaz de diferenciar entre el vocablo «ha’im» (en caso de…) del «ha’ima,» (madre) con lo que las preguntas quedaron del tipo edípico. Esto ha generado una respuesta condenatoria del ministerio de Relaciones Exteriores holandés que no cree las explicaciones y siente que todo se trata de una burla hacia su embajador. De tal manera que con esto le advertimos que en lo subsiguiente evite este tipo de servicios o efrentará situaciones vergonzosas.