La propuesta parece inocente para cualquiera. Recibes un correo en el que una «stripper» de nombre Melissa (buen nombre) te dice que por cada una de las letras de captcha que descifres se quitará una prenda de su ya escuálido atuendo y tu por supuesto, a menos que seas Fabián Lavalle, cumples encantado. Todo muy inocente, muy natural pero al hacer eso estás participando en un acto ilícito, ya que los spammers te han puesto a trabajar para descifrar captchas y así poder entrar a hacer actos ilícitos que pueden ser entrar a un chat a dejar spam o tal vez para entrar a la seguridad de un banco. Algo sumamente ingenioso frente a lo que no hay defensa alguna. ¿Quién en su sano juicio se detiene de deletrearle algo a Melissa? Imposible.