Los que no están muy convencidos por los modelos de negocios establecidos en el mercado de los e-books son los fiscales generales de los Estados Unidos. Al principio era Amazon quien ganaba dinero vendiendo su e-reader: el Kindle y dando los libros electrónicos ligeramente abajo del precio para que existiera un mercado. Ahora con la introducción de otras plataformas (iPad) ha comenzado una guerra de precios que pone el precio de los e-readers muy abajo seguramente de su valor de fabricación y dependen aun mas de la venta de libros electrónicos. Ha llamado la atención de los fiscales el hecho que tanto Apple como Amazon para elevar sus ventas estén celebrando contratos con autores de manera exclusiva lo que dejará a muchos posibles lectores sin la posibilidad de leerlos porque no poseen el e-reader adecuado lo que suena a monopolio. ¿Hasta donde llegará la investigación? Hasta que seguramente se pongan de acuerdo todos en un formato universal y que cada quien venda un lector diferente. Pero para eso faltan años.