Es común recibir correos electrónicos que han sido enviados a medio mundo, ya sabe a cuales me refiero, a esas cadenas con ilustraciones bellas y finos sentimientos. El problema no es ese, los borro de inmediato sin abrirlos, sino que acostumbran poner decenas de direcciones sin ningún control de tal manera que usted podría tomarlas para comenzar su pequeño spam. De tal modo que le sugiero que revise muy bien a quien le envía cualquier cosa, porque podría pasarle lo que le sucedió a un reportero del New York Times que recibió información via correo electrónico acerca de las conversaciones entre la compañía farmacéutica Eli Lilly y el gobierno de los Estados Unidos en donde buscan que les sea bajada la multa de mil millones de dólares que les ha sido impuesta por haber mercadeado impropiamente su droga Zyprexa contra la esquizofrenia. ¿Quien cree usted que fue el que dio la noticia al periódico? Porque debe usted saber que a la empresa farmacéutica no le conviene que se sepa lo que sucede por la mala publicidad que recibiría y al gobierno tampoco porque no podría negociar con autoridad porque la opinión pública los obligaría a abrir el proceso. El caso es que una abogada de Eli Lilly se equivocó al enviar un correo electrónico con información del caso, ya que lo quería dirigir a Bradford Berenson un compañero abogado de la firma y lo envió por error a Alex Berenson el periodista estrella con el New York Times. ¿El nombre de la abogada del error? Pepper Hamilton y dice Eli Lilly que todavía trabaja con ellos… seguramente. ¿Nunca le ha pasado algo así como de mil millones de dólares? ¿Nunca?