La Argentina sigue sumida en la psicodelia que sólo era posible en el universo alternativo de Borges. Ahora leemos con interés, por lo increíble, del caso de un profesor de Filosofía de esa República que podría terminar en la cárcel por los derechos de autor. Resulta que tiene años publicando un sitio web que es el que utilizan sus alumnos para estudiar a algunos filósofos, en particular el francés Derrida, que como no tenía quien lo publicara en el país el profesor se ha dedicado a traducirlo y publicar trozos seleccionados de su pensamiento. La colección ha crecido y ahora que llegó una editorial europea con sus traducciones al español «oficiales» están demandando al profesor por adueñarse de la obra sin pagar derechos de autor, cargo que puede terminar en prisión. Era la única manera que tenían los estudiantes de conocer la obra de Derrida y seguramente muchos de ellos lo conocieron esa vía y han comprado sus obras. La estupidez humana alcanza cuotas increíbles. Lo dicho, el espíritu de Borges sigue vivo.