McCartney III

Quienes me conocen saben que nunca he sido fan de Sir Paul McCartney ni de The Beatles pero eso no me impide disfrutar de vez en cuando algunas de sus canciones.
En el caso particular de este personaje sus primeros álbumes solistas se me hacían insulsos, simplistas y me hacía dudar que alguna vez fuera famoso, sin embargo tengo que estar al pendiente de todo lo que sale musicalmente hablando y McCartney III cayó sorpresivamente la semana pasada, una semana después de lo que había dicho porque su amiga Taylor Swift tuvo su nuevo álbum el Viernes anterior, del cual nos ocuparemos mas adelante y Paul, todo un caballero, pospuso su debut mundial aunque siendo honestos su público es diferente.
El álbum lleva ese nombre porque ya sacó su McCartney en 1970 y McCartney II en 1980, con una característica en todos ellos incluido este: el toca todos los instrumentos: guitarra acústica y eléctrica, bajo, doble bajo, piano, harpsicordio, mellotron, harmonio, Fender Rhodes, sintetizadores, piano eléctrico, batería, percusión, flauta de pan además de las vocales y trabajo de producción.
El álbum está perfectamente balanceado entre algunas baladas y los números de rockabilly como «Lavatory Lil» o rock profundo con sonido Beatles de «Slidin» que le dan un toque de roquero avejentado y algunas joyas como «Deep Deep Feeling» de 8 minutos de ritmo encontrado y falseto que son una delicia, tal vez su mejor canción del álbum y de una profundidad que te tomará escucharla en varias ocasiones para poder desmenuzar el excelente trabajo de producción realizado aquí, casi rock progresivo.
En este 2020 no tuvimos mucho que celebrar pero aquí hay mucho ya que seguramente es el mejor álbum del año para personas maduras como tú y yo.
No he parado de escucharlo desde que salió. Abajo una parte del proceso de escritura de canciones, instrumento por instrumento.
Gracias Paul, perdón, Sir Paul.

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